Actividad 1: Lenguaje, lengua y comunicación oral


Didáctica de la lengua castellana
Actividad Bloque 1: Lenguaje, lengua y comunicación oral

La actividad propuesta tiene por objetivo desarrollar la expresión y comprensión oral del alumnado. Se realizará a través de un debate en gran grupo acerca del uso del teléfono móvil y cómo este afecta en el proceso comunicativo.

En primer lugar, con objetivo de contextualizar, el aula en la que se basa la actividad sería 6º de Educación Primaria (alumnado de 11 a 12 años). Tratando de analizar la problemática que me resultase más interesante, a la par que desafiante, he escogido “el uso del móvil y su relación con la comunicación”, de cara a hacer a los alumnos plantearse si su uso facilita o entorpece la misma.

El motivo por el que he escogido este tema, es por la relevancia en su realidad y experiencia cercana, entendiendo la escuela ya no solo como un “ensayo” para sus vidas posteriores, sino como una oportunidad actual de adquirir las competencias que necesitan para el momento presente.

Según el periódico ABC, si bien la edad ideal para adquirir el primer dispositivo móvil es a partir de los 15 años – basándose en la madurez -, la realidad es que el 75% de los niños de 12 años lo tienen. Por su parte, www.lavanguardia.com, argumenta la dificultad de negarle a un niño un móvil cuando él mismo observa que sus padres son una prolongación del mismo. Personalmente, considero que al regalar a un niño un móvil, damos por sentado que al ser una generación que ha nacido en una época tan tecnológica, no precisan de ninguna mediación, y dejamos que ellos mismos se eduquen en su uso, ajenos a las consecuencias.

Me ha parecido un tema que, además de ser útil para los alumnos  de esta edad – puesto que actualmente, suelen tener su primer móvil en el último curso de la Educación Primaria, o incluso antes -, tiene estrecha relación con el tema y asignatura que nos ocupa. Considero que “la comunicación” no tiene porqué ser sólo el vehículo a través del que aprender, sino un contenido en sí mismo. Desafiar al alumnado debatiendo acerca de cómo el uso del teléfono móvil afecta a la comunicación, fomenta el desarrollo del pensamiento crítico a la vez que impulsa su expresión.

            Así pues, se trataría de una actividad de comunicación oral en gran grupo, comprendiendo el desafío que supone la diversidad de un aula real. En cuanto a la metodología, me parece oportuno reseñar cómo enfocaría la actividad. Como profesora, trabajo con mis alumnos aprendizaje cooperativo formal, que consiste en formar grupos heterogéneos de unos tres alumnos, en el cual cada uno de ellos tenga su rol. Los roles existentes son: secretario – anota y estructura lo que todos los miembros del equipo van hablando, recuerda los tiempos, las tareas y los compromisos -, portavoz – comunica en voz alta el consenso y las opiniones de todos los miembros del equipo – y coordinador – da sentido y coherencia a lo hablado por todos los miembros del grupo, comprueba las fuentes, controla el tono de voz y da cohesión.

            A la luz de esta metodología, tomo también en cuenta la interdependencia positiva, que considero clave en cualquier aula, y más aún en una como la que se plantea, en la que uno de los alumnos muestra poca participación por su timidez, y otro de ellos no respeta las normas y trata de imponer su punto de vista.

            La interdependencia positiva, además de afianzar el sentido de pertenencia al grupo, se enfoca en trabajar las habilidades sociales de los alumnos, por ejemplo “miro al interlocutor a los ojos” o “integro las ideas en una sola posición” (www.cooperativo.org).
Trabajando con esta metodología, la evaluación tiene en cuenta, por encima del desempeño individual, el trabajo grupal, de modo que el equipo “ganador” del debate, no sería aquel en el que uno haya aportado sus ideas como fuente única, sino aquel en el que todos sus miembros hayan cumplido sus objetivos y aporten una opinión consensuada. He podido comprobar entre mis propios alumnos, cómo movidos por un interés grupal, comprenden que todos ganan con el esfuerzo colectivo, se ayudan y motivan entre ellos, entendiendo el éxito compartido.

            Por otro lado, considero que es importante hacer saber a los alumnos lo que esperamos de ellos. En un curso al que asistí recientemente, David Perkins (Universidad de Harvard) aludía al hecho de que, en ocasiones, simplemente damos a los estudiantes el feedback de “está bien” o “está mal”. Nos animaba a que fuéramos más concretos, y especificáramos qué buscábamos tras cada actividad, proporcionándoles las rúbricas que posteriormente emplearíamos para su evaluación. Por ello, en esta actividad, facilitaría a cada grupo la rúbrica de evaluación – individual y grupal.

            La temporalización, puesto que una actividad de debate no se puede improvisar – o de poderse, no sería tan enriquecedora o significativa que si se prepara adecuadamente- sería en varios días. A lo largo de esta preparación se trabajarían herramientas individuales, de pequeño grupo y de gran grupo. Durante este proceso, el profesor ha de ser guía a quien los alumnos recurran con sus dudas e inquietudes, de cara a enriquecer su aprendizaje.

            Los pasos a seguir para llevar a cabo la actividad serían, en primer lugar, la delimitación del tema. Con el objetivo de identificar sus conocimientos previos, se puede preguntar a los alumnos cuántos de ellos tienen móvil, qué uso le dan, y cómo se comunican a través del mismo. Durante estas actividades previas al debate, el profesor ha de registrar cómo es su diálogo informal y espontáneo, guiando al alumnado a través de preguntas. Convendría que fueran abiertas, de cara a fomentar su expresión y recoger las ideas que tengan.

            A parte de presentar el tema, me parece interesante plantear a los alumnos el porqué del debate, qué herramientas les ofrece para sus habilidades comunicativas, por qué es importante saber debatir y dialogar, qué competencias están implícitas a la hora de debatir, y qué es un buen debate.

            El tema ha de plantearse de manera que motive y estimule a los alumnos, proponiéndoles un uso más responsable de las tecnologías, que propicie una mejor comunicación. Animarles a ser críticos con este tema, sienta las bases para que en su hacer individual, sean capaces de plantearse preguntas como las que han escuchado en clase.

            Estas preguntas introductorias pueden ser: “¿qué uso dais al teléfono móvil?”, “¿con quién os comunicáis?”, “¿qué tipo de lenguaje empleáis?”, “¿qué vocabulario y expresiones gramaticales utilizáis?”, etc. Así pues, este paso permitiría a cada alumno reflexionar acerca de sus propias actuaciones y soluciones. Se da por hecho que en la asignatura de Lengua han aprendido sobre el lenguaje y sus elementos, de cara a poder argumentar y dar explicaciones en el debate posterior.

            El segundo paso, la identificación de la finalidad, sería plasmar los objetivos, en este caso que los alumnos se expresen oralmente de manera eficaz, con destreza, haciendo a su vez uso de la escucha activa, siendo capaces de argumentar sus propias ideas – basándose en sus conocimientos previos y experiencias así como en los materiales que se les puedan proporcionar – a la vez que integran las de los demás, con respeto y apertura.

            Para proponer a los alumnos la actividad, conviene ser claros, presentando los objetivos y las normas. Como docente, explicaría al alumnado que se trata de una actividad de debate, con la que podrán expresarse en gran grupo, y en la que se valorará – y evaluará – su escucha activa, participación, coherencia, claridad, vocalización, pronunciación y uso gramatical correcto- basándome en los apuntes de la asignatura.

            Creo que es conveniente y enriquecedor, que la actividad aborde las distintas dinámicas: el trabajo individual, de grupo cooperativo y de gran grupo. En primer lugar y de cara a trabajar individualmente, el profesor dividirá el artículo “Alteraciones del lenguaje en la era digital” (Ernesto Antonio Parrilla) en tres fragmentos, y aportará a cada grupo de tres alumnos un tercio del artículo completo . Cada alumno tendrá que trabajar leyendo, analizando y planteando preguntas.

            El objetivo es que a continuación, se realice una puesta en común entre los miembros del grupo, para que todos conozcan la totalidad del artículo. No obstante, la metodología será variada: la mitad de los grupos, analizará el texto oralmente, trabajando su expresión oral; mientras que la otra mitad, se expresará a través de un chat, escribiendo sus ideas y poniéndolas en común. Todos los grupos expondrán sus conclusiones oralmente ante el resto de la clase, explicando si ha supuesto algún inconveniente el uso del móvil frente a la expresión oral.

            Esta actividad previa, ofrecerá a los alumnos ideas, argumentos y vocabulario con el que poder trabajar en el futuro debate. Además, se irán familiarizando con las normas que a continuación regirán el debate. En pequeño grupo, además de la puesta en común, puede llevarse a cabo una breve investigación para dar respuesta a las preguntas que han surgido durante la lectura, siempre teniendo en cuenta el criterio de fiabilidad de las fuentes previamente explicado por el profesor.

            De acuerdo a www.educacion.navarra.es, es en esta edad cuando aparece el pensamiento abstracto, gracias al cual pueden razonar sobre suposiciones, así como ofrecer explicaciones razonadas. Dejan atrás las meras descripciones, para adentrarse en una argumentación más elaborada y profunda. En esta etapa, son capaces de ofrecer soluciones e interrelacionar sus experiencias y conocimientos. El grupo de iguales supone el contexto de socialización ideal en el que iniciarse en el perfeccionamiento de su expresión oral.
           
            Para preparar el debate, el profesor manifestará las normas, que se redactarán junto con los alumnos, por consenso. Se valorará la participación de todos ellos, expresando lo deliberado en sus grupos cooperativos. Los turnos serán de aproximadamente un minuto, y responderán a las preguntas del moderador – en este caso, el profesor. Cada respuesta tiene que aludir a la aportación anterior, y se valorará la propiedad del lenguaje, así como la claridad de sus ideas. Se dejará claro que cada aportación no puede ser independiente de la anterior, sino que ha de aportar algo a su compañero, ya para coincidir o distar con su opinión, pero siempre desde el respeto.

            Las preguntas de andamiaje que se les proporcionarán para preparar su guión individual serán: ¿para qué sirve el teléfono móvil?, ¿qué uso le dais vosotros?, ¿encontráis algún inconveniente en su uso?, ¿ayuda realmente a la comunicación?, ¿en qué sentido?, ¿cómo afecta a la ortografía, léxico y gramática?, ¿creéis que las nuevas tecnologías van a desplazar al lenguaje escrito?, ¿qué importancia tienen las normas ortográficas?, ¿es prescindible la ortografía?. Otras preguntas de orden más complejo serían: ¿entendiendo la lengua como un bien cultural, estamos perdiendo nuestra cultura?, ¿es más precario nuestro lenguaje a raíz del uso de teléfonos móviles?, ¿se pierden matices en la comunicación?.

            El debate se llevará a cabo en un auditorio que permita que todos se vean entre sí, a poder ser con forma circular. Asimismo, el profesor, quien realizará el papel de moderador, también estará en un lugar visible aunque no central, cediendo la palabra a cada participante. Habrá un reloj a la vista de todos los alumnos, con el tiempo de cada turno, para que todos sean conscientes de sus turnos.

            Creo que sería conveniente que el profesor, antes de abrir el debate recordara las normas. Además de las normas de respeto, aquellas que serán empleadas para evaluarles: cada alumno que quiera hablar pedirá la palabra al moderador, podrá apoyarse en su guión pero mirándolo lo menos posible. Se pondrá de pie para realizar su intervención, cuidando de su postura, tono de voz, entonación, vocalización y coherencia. Su aportación tendrá que tener relación directa con la pregunta lanzada por el moderador, así como con las intervenciones de sus compañeros.

            Además de estar permitido, es aconsejable y sumará puntos en la evaluación, realizar preguntas a parte de la intervención individual. Por ejemplo: ¿qué te hace pensar eso?, ¿en qué basas esa evidencia?, ¿tienes alguna experiencia que demuestre lo dicho?, ¿podrías poner un ejemplo?.

            El profesor, tendrá preparadas, además de las preguntas que conducirán el debate, otras preguntas establecidas para hacer fluir la comunicación, o propiciar el diálogo entre los alumnos. Por ejemplo: en contraste con lo que ha dicho X, ¿creéis que …?; ¿apoyáis su punto de vista, por qué?, ¿qué se puede añadir a esta idea?, etc.

            En clase, se habrán preparado frases positivas que poder emplear en el debate, de la forma más natural posible. Algunas de ellas pueden ser: “comparto tu punto de vista, sin embargo…”, “considero que tienes razón porque…”, “aprecio tu perspectiva, no obstante…”, “estoy de acuerdo con lo que has comentado, pero me gustaría añadir…”, etc.  Considero que dándoles estas herramientas, irán ampliando su repertorio comunicativo, y si bien al principio pueden ser algo aprendido, creo que a medida que las vayan usando las interiorizarán y emplearán de manera natural.

            Será el profesor quien medie y guíe las intervenciones de los alumnos, reconduciendo el debate en beneficio de su aprendizaje. El objetivo de contenido es que los alumnos comprendan que las normas ortográficas son el reflejo escrito de lo que queremos comunicar, y que, como todo, ha de regirse por unas normas para que el mensaje sea comprendido. Se puede comparar con el propio debate, si el debate en sí mismo no tuviese normas, no podríamos estar comunicándonos. Considero clave plantearles que lo primero que hemos tenido que hacer a la hora de debatir, es prefijar unas normas, que faciliten la comunicación. Como bien indican los apuntes de la asignatura, “tanto el emisor como el receptor han de coincidir en la posesión de un mismo código”.

            Los criterios que se tendrán en cuenta – a tenor de los apuntes de teoría de la asignatura – son: el canal, respetando los turnos, pidiendo la palabra al moderador, la colocación de la voz y la entonación; la emisión y recepción sucesiva, contra argumentando con coherencia y enriqueciendo la opinión propia; la espontaneidad, evitando muletillas, y titubeos; los códigos paralingüísticos, como las pausas y la intensidad de la voz; la interacción, siendo capaces de integrar las diversas opiniones; y el contexto extralingüístico, haciendo un buen uso del lenguaje corporal.

            En referencia a los dos alumnos a los que atender especialmente, considero que el alumno que evita la participación por su timidez, se vería respaldado por su grupo cooperativo, comprendiendo que su participación es necesaria para el éxito del equipo. Teniendo turnos homogéneos, creo que se sentiría uno más, y se expresaría con más confianza por la cercanía del tema, sobre el que todos ellos tienen experiencia y conocimientos previos. La oportunidad de llevar un guión al debate, puede configurar un apoyo que dé seguridad a este alumno. El profesor, conociendo su caso, ha de reforzar positivamente sus intentos de participación, cediéndole la palabra con mayor facilidad.

            En cuanto al alumno que no respeta el turno, creo que se le deberían presentar las normas como a todos, exponiendo previamente cuál es la consecuencia de saltarse dichas normas. Por ejemplo, si se expresa fuera de su turno o de manera irrespetuosa, esta conducta afectaría negativamente a su equipo. Teniendo el tiempo de cada turno pautado con un cronómetro, se delimita claramente cuál es su turno.

            Puede ser una buena idea, además del registro del profesor, la grabación del debate, para que cada alumno pueda visualizar su desempeño, y realizar una autoevaluación, empleando la misma rúbrica que el profesor empleará posteriormente.

            Dicha rúbrica, será la siguiente:


4
3
2
1
Pronunciación
Su pronunciación es clara y su vocalización excelente.
Tiene una buena pronunciación pero no vocaliza claramente.
Su vocalización o pronunciación muestran varios errores.
Tanto su vocalización como su pronunciación muestran errores.
Volumen
El volumen es adecuado al auditorio y al público.
Su tono de voz es demasiado alto o bajo.
Hay momentos puntuales en los que la audición es difícil por el volumen.
Expone en un tono tan bajo que es difícil oírle.
Postura
Su postura es natural, denota seguridad y mantiene el contacto visual.
Muestra contacto visual pero su postura no es correcta.
Mira a sus notas, se apoya en algún punto en lugar de estar de pie.
No se dirige directamente al público al exponer, da la espalda, se apoya.
Contenido
Expone sus ideas de forma clara y coherente.
Su contenido está bien estructurado aunque salta de una idea a otra sin hilarlas correctamente.
Le faltan datos al argumentar, es poco claro y se sale del tema.
La información es muy ambigua, salta de un tema a otro y no está bien preparado.
Secuenciación
Su exposición sigue un orden lógico y va en respuesta coherente a la aportación anterior.
Su exposición tiene una buena secuenciación, pero no tiene en cuenta la aportación previa.
Sus argumentos son aislados, sin seguir una secuencia lógica. No tiene en cuenta lo mencionado por sus compañeros.
Su comprensión oral tiene que mejorar, siendo capaz de secuenciar su discurso y aunarlo con lo dicho previamente.

            Esta rúbrica está basada en la que aparece en los apuntes de la teoría de la asignatura. Se les proporcionará a los alumnos antes de que redacten su guión, para que puedan tomarlo en cuenta antes de su exposición.

            Después del debate, cada uno realizará su autoevaluación que entregarán al profesor, siendo críticos y realistas. Pueden añadir observaciones sobre cómo se han visto, en qué creen que han destacado y en qué consideran que deberían seguir trabajando. Creo que es una buena idea que junto con la evaluación, añadan sobre qué les gustaría hablar en el próximo debate, y en qué creen que necesitan más formación para poder debatir.

            Como docente, considero que un paso vital tras cada actividad, es la metacognición. Si el debate se ha podido grabar, el profesor puede poner la grabación a sus alumnos, detenerla, comentar los fallos y aciertos, de cara a mejorar en la siguiente actividad. Conviene evaluar a cada uno desde su punto de partida. Por ejemplo, conceder al alumno que no quería participar que en su primera vez exponiendo no mire tanto al público, pero tratar de mejorarlo para la oportunidad siguiente.

            Parte de este paso final debería ser el verbalizar, en gran grupo, qué es lo que han hecho, para qué puede servirles en el futuro y qué han aprendido.

            La evaluación realizada por el profesor comprenderá la parte individual, así como la interdependencia positiva previamente mencionada en la que el equipo que resulte ganador del debate, sea aquel en el que, además de que todos sus miembros han respetado las normas, han obtenido una buena evaluación en los ítems descritos en la rúbrica. Creo que esta relación con el grupo, puede ser un buen aliciente para que, entre ellos, se motiven, animen y corrijan positivamente.

            En conclusión, considero las actividades de expresión oral parte fundamental del aprendizaje de los alumnos de Educación Primaria. En la sociedad en la que vivimos, saber expresarnos correctamente, es imprescindible. El lenguaje es el soporte de nuestro pensamiento, memoria y cultura, y como tal, hemos de cultivarlo en todas sus facetas. Ser capaces de dialogar y debatir con respeto nos forma ya no solo como hablantes sino como personas y ciudadanos.

            Considero que deberían llevarse a cabo actividades como la propuesta, pero no de manera aislada sino como actividad de cierre de cada tema, movidos por los intereses e inquietudes de los propios alumnos, y registrando sus progresos.

Comentarios

  1. ¡Hola Cristina!

    Me ha gustado mucho tu entrada, bajo mi punto de vista ha sido todo un acierto utilizar el tema del uso del móvil y su relación en la comunicación ya que es algo con lo que están viviendo continuamente. Además, uno de los momentos que es importante para ellos es cuando les regalan su primer teléfono móvil, por lo que debatir estos temas en clase les pueden hacer conscientes de los peligros y también de sus ventajas.

    Me ha parecido buena idea utilizar un artículo previo para introducir la actividad que vais a realizar, ya que los alumnos encontrarán fácilmente el hilo conductor y sentirán que tienen conocimientos para participar y argumentar sus respuestas.

    Un aspecto que me gustaría comentar contigo era el uso de la cámara para grabar el debate. Por un lado, me parece buena idea utilizarla ya que al vernos nosotros mismos vemos nuestros propios fallos e ideamos una estrategia para solucionarlos, pero ¿el alumno que se muestra reticente a participar en actividades orales no se podrá sentir incomodo?
    Como docente de Infantil y con tu trayectoria laboral en este sector, me crea curiosidad si has empleado en algún momento este elemento y como la has introducido para que no sea algo “extraño” en el aula.

    ¡Un saludo y felicidades por tu entrada!

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    1. Muchísimas gracias por tu comentario, compañera.

      Lo cierto es que no había tenido en cuenta cómo podría sentirse el alumno más tímido hasta que me lo has mencionado, por lo que agradezco mucho tu feedback.

      Por mi experiencia introduciendo la cámara en el aula, saben que siempre es algo consentido - que tanto a los padres como a los alumnos les parezca bien - y que su uso será exclusivamente docente. Normalmente, cuando visualizamos el resultado, procuro sentarme al lado de quien es más tímido, y transmitirle comentarios positivos (“¡qué bien lo hiciste! Estoy orgullosa de lo mucho que participaste, ¿has visto lo bien que te expresas?”).

      Probablemente, y tras tu comentario, procuraría hablarlo con dicho alumno previamente. Creo que con quien falta al turno de palabra, serviría para que se diese cuenta y tomara conciencia de lo disruptivas que son las faltas de orden en los turnos, y que así, se entorpece la comunicación.

      Finalmente, respondiendo a tu pregunta, cuando introduzco la cámara en el aula procuro situarla en una balda de estantería, o algún lugar desde el que sea vea la clase, pero que no impida su atención, y que si les graba alguien ajeno al aula, se suelen distraer.

      De nuevo muchísimas gracias por tu aportación, lo tomo en cuenta.

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    2. ¡Gracias a ti!
      La cámara me parece un recurso muy interesante a la hora de utilizarla en el aula con los alumnos. Con lo que me has indicado no dudaré en aplicarlo si algún día necesito utilizarla.
      ¡Animo y sigue así!

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  2. Perfecto, Cristina. Un gran trabajo.

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